Accept — Sala Heineken — 28-05-2010 — «Accept en estado puro»

 
 

Superarse en cada concierto es una tarea muy difícil. Solo algunos grupos muy contados lo consiguen. Accept es uno de ellos. Y es que los alemanes sienten y hacen sentir la música. El concierto celebrado el pasado día 28 de mayo en la madrileña sala Heineken, que colgó el cartel de «no hay billetes«, fue sublime, milimétrico, preparado a conciencia y sin fallo alguno. Dos horas de buena música donde los asistentes, además de recordar tiempos mejores, disfrutamos viendo a un grupo que puso en el escenario ganas, talento, profesionalidad y pasión. Sobre todo pasión.

 
 

Un par de minutos pasadas las nueve de la noche y tras una intro que tarareamos todos los asistentes, los alemanes arrancaron con la maravillosa «Metal Heart«, que enlazaron con «Midnight Mover«, «Living For Tonight«, preciosa y tan cargada de adrenalina, y «Restless & Wild«, canción del disco homónimo que introdujo a la banda en el Olimpo de la música. Sabedores del efecto enloquecedor que sobre los presentes tienen los temas más antiguos, la banda siguió descargando «Son Of A Bitch«, «Loosers And Winners«, frenética y sin respiro, «London Letherboys«, «The Abyss«, «Teutonic Terror«, el clásico «Breaker«, y la coreada «Bulletproof«, en la que Peter Baltes «dobló» en ocasiones con su bajo las notas de la guitarra de Wolf Hoffmann.

 
 

Con una indumentaria muy militar, siempre cercanos – Herman Frank y Peter Baltes no pararon de bromear con el público al que sembraron de púas —, Accept intentó agradar al público desde los primeros acordes. Por eso el tema «Neon Nights» y sobre todo los solos de guitarra de Hoffmann — muy a lo Paco de Lucía en algunos compases y muy clásico en otros pero dejando siempre la huella de su calidad con las seis cuerdas — y el solo de bajo de Baltes, sonaron más a gloria que a relleno. Antes de los bises, que llegaon después de una hora y media de concierto, sonaron «Up To The Limit«, «Demon´s Night«, «Turn Me On«, «Monsterman«, y «Burnin´«. Decir que tanto Stefan Schwarzmann, batería, como Mark Tornillo, vocalista, cumplieron con creces su cometido: el primero marcando el tempo y el compás del concierto y el segundo metiéndose al público en el bolsillo con un registro de voz que se asemeja bastante al de Udo.

 
 

Para los bises se reservaron una acelerada y maravillosamente interpretada «Princess Of The Dawn«, que el público coreó incansable, y el himno entre himnos «I´m A Rebel«. Volvieron a camerinos para pasados escasos dos minutos y tras la famosa intro que levanta el telón al disco «Restless & Wild«, interpretar los hits «Fast As A Shark» y «Balls To The Wall«, este último con un público extasiado, entusiamado y entregado por siempre al grupo.

 
 

En definitiva, este fue uno de esos cada vez más escasos conciertos en el que no faltó de nada: un público, unos músicos y unos temas maravillosos. ¿Qué más se puede pedir?

 
 
Fotos: Ana Martínez de Mingo
Texto: AMADO STORNI

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