Llegó el sábado y con él el agotamiento propio de dos días de excesos, multitud de conciertos, bailes, resaca acumulada y horas de sueño difuminadas a lo largo de la zona de acampada. El cuerpo se resentía pero la mente y el corazón ansiaban más música. Así que unos cuantos chutes de bebida energética […]