Azkena Rock Festival 19-21/7/2025- Parte 2

Viernes
Primer día fuerte del festival con inicio en la plaza de la Virgen Blanca para ver a Laurie Wright, de la estirpe de enfants terribles llegados desde la Gran Bretaña, con una facilidad estratosférica para rockear al nivel de los mejores. Lástima de sol de justicia que nos impidió quedarnos todo el concierto. ¿No se podrían hacer en el kiosko del cercano Parque de la Florida?

Un nunca ligero avituallamiento más tarde y ya estamos en el recinto viendo a Psilicon Flesh, formación noventera de rock alternativo que tuvo cierta importancia en el underground de la época, mezclando un montón de influencias cuando esto no era para nada habitual: hardcore, metal, funk. En directo siguen potentes y convincentes.

Al otro lado del complejo ya estaba tocando La Estrella Azul, el homenaje a Mauricio Aznar y Más Birras formada por, entre otros, el actor y el director de la película homónima ganadora de dos premios Goya. Se escucharon chacareras de Santiago del Estero (Argentina), el clasicazo de la formación zaragozana ‘Apuesta por el rock and roll’ o la última canción compuesta por Aznar, ‘De los pagos del olvido’, fatalmente premonitoria.

Tras pasar un rato de divertido mamarrachismo con Las Jennys de Arroyoculebro en la carpa Trashville llegamos al escenario La Salve donde Bobbie Dazzle presentaba su disco debut Fandabidozi. Un gran álbum de rock and roll, muy Runaways con toques glam. En directo les falta algo de rodaje, nunca llegaron a acoplarse del todo. La lideresa, embutida en un body de animal print, demostró tener buena voz, pero la desaprovecha por su falta de dinámicas. Temas como ‘It’s Electric’ son un cañón en vivo, y también disfrutamos de guiños a Gary Glitter, momentos hammond muy setenteros e incluso una sección de flauta travesera para darle un color aún más setentas. Interesante propuesta que gusta del estribillo poderoso.

Tiempo para algo de country con Reckless Kelly, que están de teloneros de la gira europea de Lucinda Williams y dejaron su impronta de servidores públicos del country rock. Comenzaron campestres pero terminaron muy rockeros con la estupenda ‘Castanets’.

John Lydon mantiene la cresta que simboliza el movimiento punk, pero tras años de disputas con sus compañeros de Sex Pistols el espectáculo con el que gira es el de su otra banda Public Image Limited, PIL para los amigos. Fue como PIL cuando transitó de la música inmediata de rabia a la pretenciosidad artsy. Su último disco de 2023 End of World está realmente bien, pero sobre las tablas uno prefiere escuchar clásicos como ‘This is not a Love Song’.

De la veteranía que ya no sorprende a lo contrario. Los australianos C.O.F.F.I.N. (Children Of Finland Fighting In Norway) son liderados por un baterista y cantante espectacular. Su bombo nos llega directamente al pecho y sus temas invocan tanto a Lemmy Kilmister como a AC/DC o incluso Zeke. Como ejemplo tenemos ‘Dead Land’, zapatilla de la buena. Nos quedamos con la conclusión de su frontman: «En estos tiempos es difícil juntar a tanta gente para algo que sea positivo».

Tiempo en el escenario principal para Lucinda Williams, que a sus 72 años muestra una fragilidad absoluta que nos dejó preocupados. De voz va muy justa, se agarra con insistencia al pie de micrófono y desgrana temas propios como ‘Rock n Roll Heart’ o ‘Car Wheels on a Gravel Road’ junto a flamantes versiones de ‘While my Guitar Gently Weeps’ o ‘Rockin’ in the Free World’. La banda que llevaba tenía un nivelón importante y lo demostraron con creces.

Los dioses del rock ya estaban acercándose a Vitoria, y terminaron de mostrarse en las siguientes horas de esta jornada, con tres actuaciones históricas. Turbonegro siempre han sido algo más que una banda, casi una religión para sus fans, que tienen el legendario club Turbojugend, desde cuya filial de Tokyo se presentaron cuatro personas en el Azkena. Con la actuación de Fogerty a 80 minutos de distancia decidimos ir a ver «un rato» a los noruegos, pero su descarga nos dejó hipnotizados. Cuando una banda de high energy rock and roll consigue estar a tope de potencia todo combustiona. El sonido fue perfecto, guitarras y bajo se distinguían y se mezclaban con precisión, mientras el cantante se dejó la vida en cada canción. Hubo varios momentos de éxtasis con evidentes orgasmos múltiples en ‘Get It On’ o en un ‘Selfdestructo Bust’ que recordaremos toda la vida. Se decía de Hank Von Hell, pero al final el pacto con el diablo parece que lo ha hecho Euroboy, que está hecho un chaval y sentó cátedra con sus solos y aportes.

Minutos después ya estábamos preparados para John Fogerty, igual no tanto para un vídeo introductorio excesivamente largo, pero en cuanto el de Berkeley hizo acto de presencia todos los males desaparecieron. Con 80 años recién cumplidos, Fogerty es uno de los compositores e intérpretes más importantes de la historia, 5 años en la Creedence Clearwater Revival creando un cancionero eterno y luego una irregular carrera en solitario con multitud de problemas legales pero que dejaron igualmente canciones históricas.

Fogerty tiene las canciones… y las batallitas. Nos cuenta que 44 años después de perder la pista de su Rickenbacker la guitarra volvió a sus manos (gracias a su mujer, mencionada constantemente), un instrumento que -según él- ayudó a modificar para que la usaran «En Inglaterra Jimmy, Jeff y Eric, ¿no sabéis quiénes son? preguntad a vuestro abuelo, son Jimmy Page, Jeff Beck y Eric Clapton». El californiano es hiperactivo, canta, hace los solos, dirige a su banda. Todo. En ocasiones anteriores ha girado con acompañantes veteranos, en esta ocasión se ha rodeado de sus hijos, que aún con muchas décadas menos, perderían con su padre el duelo de la vitalidad.

Frente a un fondo siempre enmarcado por la forma de una guitarra se muestran imágenes de todo tipo, con profusión del álbum familiar de los Fogerty, con divertidas imágenes del músico con su mujer Julie. El ritmo que imprime John a su guitarra es la auténtica y genuina locomotora del rock and roll. En ‘Rock and roll Girls’ añade un saxo springsteeniano, en ‘Fight Fire’ recupera un tema de los Golligows, formación germen de la Creedence y fuertemente influenciados por la british invasion de 1966. ‘The Old Man Down the Road’ es el momento más coral, con todos los músicos en el máximo de confianza y pericia, menudo solazo para el recuerdo de su hijo Shane (también coproductor de los últimos lanzamientos de su progenitor). Para finalizar John Fogerty brinda con una botella con y por su público.

La noche no había terminado aún, un Sulo renacido gritaba con fuerza como líder de Diamond Dogs, acompañados hoy por Chris Spedding. Junto al legendario guitarrista presentaban Macon Georgia Giant, su homenaje a Little Richard, y la primera parte del recital fueron temas del arquitecto del rock and roll como ‘Slippin’ and Slidin». «Are you sleepy?» preguntaba el cantante para arengar al público. «El que se está durmiendo es Chris Spedding» apunta un espontáneo. Afortunadamente Chris se anima cuando interpretan un par de composiciones suyas antes de que el bolo finalice con varios pildorazos de los perros de diamante.


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