Bajo la sombra de unos «monstruos» como Dream Theater, sus compatriotas Symphony X han ido forjando una sólida trayectoria publicando álbumes de innegable calidad dentro del metal progresivo como, su debut homónimo de 1994, The Damnation Game (95), The Divine Wings Of Tragedy (97) y otros más, hasta llegar a The Odyssey (2002) que, en ese momento, fue la culminación de su trabajo al alcanzar el reconocimiento internacional. Sin embargo, después de cinco años de espera, sorprendieron a sus seguidores con un trabajo que ratificaba sus cualidades y ponía de manifiesto que su creatividad aumentaba con el tiempo. De esta forma, con Paradise Lost (2007), el grupo norteamericano dejaba claramente diseñadas sus credenciales a través de una voluptuosa avalancha sónica cuya dimensión alcanzaba niveles de calidad difíciles de superar. Un Michael Romeo en estado de gracia desarrollaba un entramado de guitarras de requiebros inesperados y solos de incisivos desarrollos tremendamente desequilibrantes. A su lado, Rusell Allen mostraba sus portentosas cualidades vocales y un equipo de lujo completado por, Michael Pinnella (teclados), Jason Rullo (batería) y Michael Lepond (bajo) exhibía un virtuosismo instrumental de altos vuelos, tal como se puede apreciar en estas dos composiciones, «Set The World On Fire» y “The Serpent’s Kiss”. Recordemos que Symphony X actuarán en Barcelona el próximo 3 de marzo dentro del llamado Power Of Metal Tour.
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