Roskilde Festival, Dinamarca 1-4/7/2015

El festival de Roskilde en Dinamarca es uno de los más grandes e importantes del mundo, para hacerse una idea de sus dimensiones basta con saber que cada año venden 100.000 entradas y que 30.000 voluntarios colaboran en su desarrollo. Sólamente el área reservada para los trabajadores es mucho mayor y consta de más servicios y comodidades que cualquier festival español.

Musicalmente es simplemente inabarcable, más de 40 bandas cada uno de los tres días principales y más de 150 artistas en total repartidos en 6 escenarios principales. Cualquier estilo musical está representado, un día normal en Roskilde puedes desayunar con black metal, continuar con música africana, un poco de electrónica, comer con indie o funk y seguir con rock, hip-hop o country. Todo es posible, incluso sin cambiar de escenario.

Noel Gallagher

En la jornada reducida del miércoles vivimos el gran concierto de Noel Gallagher, aunque siempre se echa de menos a su díscolo hermano la profesionalidad de esta banda está fuera de toda duda, las nuevas canciones se aderezan con unos vientos que bien podría haber recomendado Paul Weller y el público canta y llora las rendiciones a Oasis. Además, nada puede ir mal si tu última canción es ‘Don’t Look Back in Anger’. Pharrell Williams se mostró más descafeinado y lineal que un mes antes en Rabat, pero no se pueden infravalorar sus rompepistas de millones y millones de visitas en youtube: ‘Blurred Lines’, ‘Get Lucky’ y ‘Happy’. En otros escenarios también destacaron las actuaciones de la mauritana Noura Mint Seymali, blues recién llegado del desierto, y de los daneses Santiago, que, para terminar de despistar, ejecutan una música fielmente norteamericana, con composiciones folk pausadas y detallistas.

Mastodon

Inicio metalcore el jueves con Every Time I Die, mucha energía para comenzar la jornada en circle pits, aunque un guitarrista vomitó varias veces sobre el escenario, ¿se sentía mal o era parte del show?. Una de las particularidades de este festival son sus inclinaciones hacia la música africana, la ración del día vendría a cargo de la cantante Khaira Arby, de Mali, con su blues genuinamente centroafricano, y los congoleños Jupiter & Okwess International. Conciertazo el de estos últimos, que pusieron a muchas miles de personas a bailar con su desparpajo y funk rock de muchos quilates. Volviendo a territorio alternativo, St Vincent no es una banda para todos los públicos, de gran complejidad y tan luminosa como oscura, su elegancia y teatralidad en el escenario consiguió dejar a los espectadores con la boca abierta.

Ya en el escenario principal Florence + The Machine empezaron muy fuerte con ‘Ship To Wreck’ y ‘Shake It Out’ al principio de su set, muy buen sonido para una banda que este año está en todos los festivales a pesar del pie que se rompió Florence Welch en el Coachella de abril. Mastodon, que un día antes habían cogido fuerzas -cerveza mediante- en el Warpigs de la capital danesa ofrecieron un set con mucha presencia de su último disco Once More ‘Round The Sun, desplegando con furia temas como ‘The Motherload’ o ‘High Road’. El plato fuerte del día eran Muse, un valor seguro desde hace muchos años, llevan su show tan calculado al milímetro que es difícil que nada salga mal, aunque se echen de menos las improvisaciones de antaño. Temas de su nuevo disco Drones se adaptan perfectamente al directo del trío, ya sea con la depechera ‘Dead Inside’, o la potentísima ‘Reapers’. Termina la jornada con baile, espectaculares los sudafricanos Die Antwoord, luces y locura en el pit para un directo postapocalíptico con bailes y saltos salvajes al ritmo de ‘Fatty Boom Boom’ o ‘Cookie Thumper’.

St Vincent

El viernes se presentaba a priori como el día con el cartel más flojo, sin embargo de tanta variedad de artistas siempre consigues presenciar actuaciones interesantes. Notas extravagantes en el escenario Gloria con los daneses Hudna, que interpretan música tradicional turca con un par de vueltas de tuerca. No se quedaron cortos la única representación española en este Roskilde, los catalanes Cabo San Roque, que abrieron -literalmente- su maleta de sonidos imposibles y ofrecieron sus canciones experimentales. Los brasileños Metá Metá también agradaron con su mezcla de samba y jazz, así como Kwabs, otra posible futura estrella en el fértil panorama neosoul de los últimos años.

William Benjamin Bensussen es el líder de The Gaslamp Killer Experience, y su extravagante tratamiento del rock y de la psicodelia estuvo a la par con sus ocurrencias escénicas, ofreciendo uno de los mejores conciertos del día. Lindigo vienen de la isla Reunión, su estilo de música es el maloya, con influencias tanto de áfrica como de la india, imposible dejar de bailar con sus percusiones y cantos. Pasamos del trance rítmico a la auténtica histeria que provocaron los raperos Run The Jewels, bajos saturados al máximo y fraseos imparables ante un público demente y entregado.

Lamb of God

Turno para un poco de metal con los noruegos Enslaved, donde agradecemos la gran calidad del sonido -de nota a lo largo de todo el festival- para poder apreciar las evoluciones de sus más de 20 años de carrera, aunque el bolo más potente llegaría poco después con Lamb Of God, que se comieron el escenario, arrasando a golpe de doble bombo y con un frontman que debió de perder varios kilos entre carreras y headbanging. Grandes.

Todavía no se habían acabado las excentricidades del día, no se sabe quiénes están detrás de las máscaras de los suecos Goat, simplemente que su música a medio camino entre los ritmos tribales y la psicodelia más lisérgica te atrapa en su groove circular. A última hora y ya casi sin fuerzas se obra el milagro, los americanos Twin Peaks entienden el garaje como la fiesta definitiva y así lo transmiten. Resucitarían a un muerto, talento y locura a niveles astronómicos ¿the next big thing?

All Pigs Must Die

Alcanzamos la última etapa, los noruegos Spidergawd son puro rock and roll vitaminado, con la adición de un saxo alto que le da un color peculiar. All Pigs Must Die también ayudan a estrenar el día con energía, es metal, es hardcore, es brutalidad. Saltemos. Damos paso a la sensualidad con bases electrónicas de la sueca de ascendencia gambiana Seinabo Sey, algo más que su radiadísimo single ‘Younger’. Abriendo el escenario Orange la leyenda del reggae jamaicano Barrington Levy contagia entusiasmo con su repertorio trufado de clásicos del género, cambiamos al metal de Corrosion Of Conformity, que con la vuelta de Pepper Keenan tienen la formación de Deliverance, su gran disco clásico. Volvemos al soul más bailongo de la mano de Benjamin Booker, aunque lo cierto es que no terminó de calentar a una audiencia bastante estática.

Y llegó la hora de Paul McCartney, al acercarse a un concierto de tamaña leyenda las expectativas son altísimas, pues bien, el de Liverpool rompe la distancia con el numerosísimo público hablándole de tú a tú, con sus historias sobre Linda, John o anécdotas de su primer concierto en Rusia. Cada segundo de su actuación es para contar a los nietos entre lágrimas y sonrisas, pero destacaremos dos momentos: más de 100.000 personas en silencio escuchando ‘Here Today’ -esa conversación entre Paul y John- con el inglés y su acústica subidos a una plataforma, y la gran explosión que es ‘Live and Let Die’, 3 minutos con tantas detonaciones y fuegos artificiales que dejarían en tímidos intentos de fueguitos cualquier concierto de AC/DC o Kiss.

Paul McCartney

Traca final a repartir entre el hip-hopero Suspekt, con mucho éxito en Dinamarca, la electrónica de Jamie XX y la interminable batucada que es Africa Express, donde decenas de artistas se turnan en el escenario bajo la batuta del maestro de ceremonias -y mecenas de esta iniciativa- Damon Albarn, al que un miembro de seguridad tuvo que llevarse “a la fuerza” 5 horas después para poder dar por finalizado el concierto, un guiño humorístico que define perfectamente el sentir general, nadie quiere que termine uno de los mejores festivales de música posibles.


Texto y fotos ambiente: Rafael Mozún
Fotos artistas: Jackster (cortesía solo-rock.com)

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