Si escuchamos la guitarra parece metal progresivo de ese en el que el guitarrista mete ejercicios de escalas y armónicos en cada tema. El baterista, que debe sufrir horror vacui para meter tanto fill, podría tener 4 brazos. Sin embargo intentan sonar pop con estribillos coreables que resultan eficades y agradables al doparlos con sobredosis de efectos de producción.
Todos sus temas tienen algo llamativo. ‘Goodbye, Sunshine’ tiene un estribillo que podría haber firmado Green Day, ‘The Father of Make Believe’ usa grooves habituales en el lenguaje progresivo, mientras que ‘Blind Side Sonny’ rompe las barreras con una composición que une un riff clásico de rock con voz, coros y producción casi de metalcore. Si fuera una mashup sería una genialidad, sin serlo también lo es.
Si no fuera por las habilidades del batería y un guitarrista que mete riffs, detalles, solos y aportes cada pocos segundos serían una banda más de pop ultraproducido. ¿Esto es bueno o malo? pues depende de tus gustos.