Entrevista a Fito de la Parra (Canned Heat)

“Siempre estamos improvisando y corriendo riesgos con la música.”

Fito de la Parra, una de las auténticas leyendas de la batería llegada de allende los océanos, un titán que durante décadas puso ritmo tras los parches a la agrupación Canned Heat. Con los años se ha convertido en su líder, por ser el fuego original que sigue ardiendo en el corazón del conjunto. Me entrevisto con él para hablar de esta banda imborrable y del libro escrito por Fito que cuenta toda su historia: Canned Heat. Living The Blues.

Antes de adentrarnos en la entrevista, me gustaría que me dijeses cómo te sentiste una vez llegado el momento de enfrentarte a un proyecto como este Living The Blues. ¿Cómo ha sido para ti, en lo que al ámbito emocional se refiere, el poner en pie un libro de este tipo?

Buena pregunta. Mi coautora, Marlane, me entrevistó dos veces por semana durante varios meses. El hacer esta biografía fue como pasar una serie de psicoanálisis. Hubo momentos muy tristes donde hasta lloré narrando, y momentos donde tuvimos que parar por las carcajadas de la increíble historia. Ahora ya, después de más de diez años, la tercera edición en inglés, y con el libro traducido en alemán, francés, español mexicano y ahora en castellano, nos sentimos muy orgullosos y felices de haber hecho este trabajo, dejando un legado de la historia de este gran grupo.

La obra comienza con la marcada jornada de Canned Heat en Woodstock. Dices que Skip Taylor, vuestro mánager, repetía mucho aquel día que el festival seguro que terminaría convirtiéndose en un evento histórico… Era algo que realmente se respiraba, se notaba que el resto de bandas con las que os encontrasteis en los camerinos pensaban lo mismo.

Esa mañana histórica de nuestra presentación en Woodstock, Skip Taylor se dio cuenta de que el evento seria histórico por medio de la radio que ya estaba anunciando que había media millón de personas en el lugar. Pocas horas después, mientras volábamos en el helicóptero, vimos la multitud y ahí también nos dimos cuenta de que este evento sería único.

¿Qué recuerdos te vienen a la cabeza cuando piensas en vuestro paso por el festival de Newport?

En Newport estábamos ya muy bien acoplados y dimos un buen concierto; siendo el grupo de Los Ángeles, nos acogieron con mucho cariño, pues estábamos en nuestra zona.

Bob “The Bear” Hite fue sin lugar a dudas un personaje icónico, ¿qué me puedes contar de él cual amigo y compañero de banda?

Yo siempre quise y admiré a Bob Hite. En mi libro escribo con detalle acerca de su sabiduría musical y su personalidad. Imagina a aquel gordito gracioso, al que siempre le gusta la fiesta y el desmadre, aquél que en la escuela siempre se metía en líos… casi todos hemos tenido un amigo así en la vida. Fue una verdadera desgracia que el alcoholismo, las drogas duras y la depresión se lo hayan llevado.

Inicialmente para los Sinners el salto a Estados Unidos parecía sólo un sueño, aunque luego se tornó en realidad. ¿Cómo fue enfrentarse a tan impresionante aventura en un momento tan característico en la música norteamericana?

Para lograr esa aventura lo soñamos, lo hablamos y lo planeamos por más de un año. Finalmente, los más cabrones fuimos los que sí lo logramos y hasta triunfamos cuando todas las circunstancias estaban en contra nuestra. Principalmente el hecho de que éramos menores de edad, mexicanos e ilegales. Pero la calidad musical fue lo que nos hizo triunfar; aunque en poco tiempo, a causa de la patrulla fronteriza americana, nos agarraron y nos expulsaron, matando el sueño.

Como baterista, ¿cuáles dirías que fueron los momentos cumbres de tu carrera? ¿Qué conciertos y en qué canciones piensas que te has lucido más o que aportabas algo realmente inusual al licor sónico de Canned Heat?

Es difícil, cuando tienes una carrera de mas de cincuenta años constantemente en el escenario, describir momentos cumbre. Sólo puedo decir que ha habido grandes momentos pero no importa donde, en cualquier pequeño antro o gran festival; cuando producimos la magia musical que va por encima de lo normal… esos son momentos cumbre. Mi principal aportación al grupo, además de ser líder durante casi cuarenta años, es mantener el núcleo del ritmo y encontrar cadencias placenteras y diferentes con sonido original. Además, mis solos de batería que ya son reconocidos mundialmente.

¿Qué piensas que Henry Vestine sentía por una banda como Canned Heat? Se notaba que la adoraba, aunque luego, según la ocasión, no era capaz de mantenerse al nivel requerido.

Ya digo en mi libro que, si hay otra persona que también “nació para tocar en Canned Heat“, ese fue Henry Vestine. Gran musicólogo, gran amigo, rebelde y genio de la guitarra. Desde antes de entrar a Canned Heat ya tenía tatuado en su hombro: “Living the blues” y en su pecho “Let the good times roll“… Así era nuestro Henry. ¡Nada más imagina las fiestas que tuvimos con él y el gordinflón Bob Hite!

En 2006 Blue Label, subsidiaria de SPV, editó una extraña edición doble relacionada con el mundo de Canned Heat. Por un lado estaba el Human Condition Revisited, que era el disco original, Human Condition (1978), más dos temas extra: ‘Kings Of The Boogie’ y ‘Refried Hockey Boogie’. Por el otro se podía encontrar el LP I Used To Be Mad (But Now I’m Half Crazy) de Henry Vestine. ¿Qué te pareció dicha iniciativa? ¿Te pidieron permiso para ello?

El único proyecto autorizado que tuvo SPV de Canned Heat fue el LP/CD Reheated en 1988. Nos dieron un avance y nunca más oímos de ellos. ¡Típico de compañías de discos! Las ediciones que mencionas no son autorizadas y nunca nos ha pagado ni un quinto.

Mirando atrás en el tiempo, ¿dónde crees que residía la magia de una auténtica leyenda de la música del siglo XX como Canned Heat?

La magia de la música de Canned Heat viene de que unimos el blues campirano con el rock y también le dimos algo de jazz. Al fin y al cabo, el blues y el jazz son hermanos. Algo que nos hace sobresalir es que nunca tocamos lo mismo. Siempre estamos improvisando y corriendo riesgos con la música. Por eso, cuando cuajamos bien suena “bien chido“.

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Texto: Sergio Guillén