3/7/2009
Antiguas escuelas de Duález (Torrelavega)

El pasado año los torrelaveguenses Kloakao, prácticamente una institución del hardcore estatal, anunciaron su separación. Se fueron en su mejor momento, sin hacer ruido, sin grandes comunicados oficiales ni celebraciones lacrimógenas. Con discreción, como a ellos siempre les gustó funcionar. Atrás quedaron dos décadas de trayectoria modélica, en la que calcularon sus movimientos para no dar ningún paso en falso. Esta forma de trabajar nos ha dejado una discografía breve pero impecable, y una larga lista de conciertos brutales, que han quedado grabados a fuego en nuestra memoria.

Pero sabemos que son gente inquieta, y era difícil que se quedaran mucho rato sentados sin hacer nada. Aprovechando el parón en que se encuentran Kuraia, el vocalista Fernando Sapo se ha juntado con Trili (bajo), Pano (guitarra) y Bati (batería) de Kloakao. Hace unas semanas publicaron su primera referencia ya comoEstricalla : se trata de un 10” en vinilo que lleva por título “Gimnasia revolucionaria”, un disco con un sonido arrollador y una presentación espectacular. Así que ya nos extrañabaque tardaran tanto en echarse a la carretera.

El lugar elegido para la puesta en largo del grupo fue las antiguas escuelas de Duález (Torrelavega), un centro social al pie de las torres de la vieja factoría de la SNIACE. En el entorno de la fábrica destacan una serie de naves cochambrosas y una contaminación más que evidente, que impregna todo con ese olor desagradable al que parece que uno nunca se podrá acostumbrar. Esto marca el paisaje del barrio, que queda casi como un anacronismo; inevitablemente se nos vienen a la cabeza las imágenes del entorno degradado de los cinturones industriales de las grandes ciudades donde a finales de la década de los setenta se vivió la explosión del movimiento punk. Un escenario duro, sin duda. Aquí no hay sitio para sutilezas, experimentos o moderneces. Si se va a luchar para sobrevivir en un ambiente tan asfixiante, la banda sonora que nos acompañe deberá ser fuerte.

La velada se abrió con el crust vegano de Roman Castevet. Era el primer concierto del grupo tras la incorporación de un segundo guitarrista, con lo que ahora llevan una formación de sexteto, que da una mayor solidez (o más bien deberíamos decir brutalidad) a su sonido. Así que ofrecieron un muy buen recital de ultraviolencia sonora gritada a dos voces. Esperamos ansiosos que se decidan a grabar ese material.

A continuación, Estricalla. El grupo continúa la senda que marcaron los últimos discos de Kloakao, pero incorpora algunos elementos que nos recuerdan a los momentos más broncos de Kuraia. El resultado es hardcore de toda la vida supervitaminado y mineralizado, a un volumen atronador y a ritmo hiperacelerado, melódico pero muy crudo. Encima del escenario se ve que el cuarteto va sobrado de clase y maestría: son músicos con una ténica soberbia (la velocidad a la que tocan es espectacular), sobrados de actitud y presencia escénica (Fernando es un frontman enorme).

El repertorio del grupo todavía es corto -el 10” que comentamos más arriba sólo contiene 6 canciones- así que tuvieron que completar su actuación recuperando “Matarife” e “(in)justicia de clase” de El corazón del sapo, así como versiones varias de RIP o los Bad Brains. En otro caso podríamos decir que recurrir a clásicos tan conocidos por todos podría ser una concesión al populismo fácil, a intentar meterse al público en el bolsillo por la vía rápida, peor la contundencia de la ejecución de estos temas hace que esa idea se nos vaya de la cabeza.

Al final, la satisfacción entre los asistentes era plena. El nivel de intensidad sonora que se alcanzó fue realmente alto, igual que la energía de su incendiario mensaje político. El asunto es que si su primer concierto ha dado un resultado que roza el sobresaliente, ¿hasta dónde podrán llegar? El tiempo lo dirá.


Carlos Caneda

caneda

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  • Yo les vi en Santurtzi junto a los verbeneros Feos Pero Majos, y se salieron. Hardcore de la vieja escuela con tralla y canciones pegadizas, y con la propina de las versiones. Se subio a cantar una (la version de SNFU) Okene (Inoren ero no, ex-BAP!!) y aunque el festi fuese corto fue intenso como una locomotora. A ver cuando la siguiente!
    Mosu bet.

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