Y con su chulería característica Jorge dejaba el listón muy alto para que continuase cualquiera. La alternativa se le quedó demasiado alta a Mario San Miguel y El Ejército del Amor. Un pastiche mezcla entre Ska-P, Estopa y El Bicho que no se sostiene por ninguna parte. Canciones cortadas bajo el mismo patrón, sin ningún aliciente, ni lugar donde hincarle el diente. Todo un despropósito absoluto. El líder dando las gracias hasta el último espectador al final no inspiraba ni compasión, y el vacío de la sala se notó al instante. Eso sí el cuarteto resolvía con dignidad su directo, pero sin gancho alguno.
Texto: Andrés Castaño
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