The Last Vegas: “Whatever gets you off”

Pronto empiezan a darnos disgustos estos muchachos. Hasta ahora su carrera era ciertamente impecable: tres discos de calidad creciente, un directo más que contundente y que ha dado mucho que hablar (si exceptuamos el patinazo que protagonizaron en su última gira por nuestro país al proporcionarnos un grotesco espectáculo de caricaturesca testosterona desbordada en su actuación en la sala Ruta 66 de Madrid), y un brillantísimo palmarés, que incluye hitos tan sonoros como la inclusión de su tema “Raw Dog” en el popular juego “Guitar Hero II” y la obtención de un premio que incluía la posibilidad de abrir en la gira norte americana de Mötley Crüe y un contrato con la discográfica Eleven Seven Music, de Nikki Sixx.
Se esperaba con expectación el cuarto trabajo, que, con la producción de ellos mismos junto con Nikki Sixx, DJ Ashba (Guns’n’Roses) y Marti Frederiksen (Aerosmith o Buckcherry), no podía sino ser uno de las publicaciones más intensas y divertidas del año. Y lo cierto es que así ha sido: doce trallazos del Hard-Rock más glammy y sudoroso de los ochenta pasado por el tamiz de los 2000, un disco maravilloso para escuchar a todo volumen, mejor en la compañía de cerveza fresquita. Todo perfecto si no fuera por un pequeño detalle: este teóricamente nuevo trabajo no es sino un EP con apenas cuatro temas nuevos y que completan con la reedición de canciones de sus discos anteriores, incluyendo esa rara recreación del “So Young, So Pretty, So What!” que es “I’m Bad”.

Pese a ello, pese al temblor en los bolsillos que, estoy segura, debe de producir esta, llamémosle, “edición coleccionista”, estamos ante una magnífica pieza, digna de la discografía de estos súbditos a partes iguales de los Mötley más salvajes y los Cinderella más rockeros, que no podían sonar a otra cosa más que a puro Rock and Roll. Un trabajo que incluya temas como los ya clásicos “High Class Trash” y “Loose Lips”, un baladón como “Apologize” o el propio tema que da nombre al disco, está llamado a ser uno de esos discos recurrentes que suenan y suenan en nuestros reproductores hasta que a los vecinos les salga por las orejas. Perfecto para los que se acerquen a The Last Vegas por primera vez, puesto que se llevan lo mejorcito de su obra anterior, y un gasto asumible para sus acérrimos seguidores, que cada día son, somos, más.

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Nota: 79/100

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Almudena Eced