¿Qué artistas escuchabas cuando decidiste aprender a tocar la guitarra?, ¿eran ya artistas tradicionales o había también pop rock del más habitual en los medios?
Los primeros acordes que aprendí a la guitarra fue a los 10 años, en un club de señoritas del Opus Dei, y la primera canción que aprendí a tocar fue “Mil calles llevan hacia ti” de La Guardia, también aprendí a temer al Dios católico, aunque por suerte me he reconciliado con mi propia idea de Dios en la adultez.
No recuerdo exactamente que música escuchaba a esa edad, pero eran los años 90, un momento bastante prolifero del pop y el pop rock en España, recuerdo con cariño un vinilo de Luz Casal que compró mi madre, y la pasión de mi tía Rosi por Loquillo, aunque en mi casa se cantaba y escuchaba canción española, Rocío Jurado, Isabel Pantoja, Juanito Valderrama, y mucha copla. Lo tradicional me iba entrando a través del baile, bailé desde los 3 a los 14 años en una academia de danza, donde se escuchaba mucho folklore. Y por supuesto, con el repertorio de la banda de mi pueblo.
Leo que empezaste a componer trasteando con la guitarra, sin demasiadas pretensiones, ¿cómo fueron esos inicios?, ¿crees que haber comenzado en modo ensayo/error es parte de la frescura de tu música?
Respondiendo a tu segunda pregunta, mis músicos siempre me lo dicen, que no estudie jajaja, porque piensan que efectivamente esa frescura viene de la intuición y el oído, ahora sé más, evidentemente, a fuerza de experiencia, pero sigo usando unas técnicas parecidas. Las primera canción que compuse fue para mi amiga de la infancia Anita, mi mayor pretensión era que le gustara, seguro que era sencilla, aunque ni me acuerdo ni la puedo recuperar, se quedó en el aire.
Leo en tu biografía que tus inicios artísticos fueron en 2012 cuando vivías en Malta, ¿te mudaste por motivos artísticos?, ¿tus composiciones de entonces ya tenían el sabor tradicional de las actuales, eran más pop, más cantautor?
A Malta me mudé porque necesitaba viajar, ponerme en silencio, explorar mi autonomía, apenas había compuesto cuatro canciones cuando llegué allí, y me temblaba la voz cuando cantaba delante de mi madre, lo que ocurrió en Malta fue uno de esos giros inesperados de la vida. Apareció mi mentor, David, que ahora es mi gran amigo Dei y mi manager, yo comencé a componer de forma constante y entré en la “escena” musical de la isla.
Mis primeras composiciones partían de canción de cantautora, que en verdad nunca he abandonado porque me gusta mucho escribir, y seguramente de una tendencia más pop. En realidad creo que que nunca había estado tan alejada de mis raíces y tradiciones como aquella época, aunque por otro lado me encontré con raíces de otros lugares del mundo y fue un manantial.
El folclore manchego de alguna manera está en medio de otros folclores más conocidos, las bandas valencianas, las jotas zaragonesas, el flamenco andaluz… ¿Cómo presentarías tú el folklore de tu tierra?
Lo que yo he aprendido del folclore manchego es que la pieza por excelencia es la seguidilla, los coros de cuerdas son la esencia de lo instrumental,(“el zurre” lo llamamos por el sureste español), aunque suele acompañarse de elementos de percusión, pandereta y castañuelas en los grupos, y lo que hay por ahí de toque popular. Y el canto conjunto, de capas de voces populares.
Es un folklore de pueblo humilde, donde no había grandes virtuosismos. Castilla la Mancha es una tierra orgullosa de su folclore pero con un carácter poco ambicioso, una idea de pobreza incrustada en las arterias, que la ha llevado a aspirar a poco y por lo tanto, no ha tenido pretensiones de traspasar sus fronteras, lo que la ha hecho muy poco visible. Otro fenómeno musical popular que se da en muchos pueblos de Castilla la Mancha, aunque creo que es característico de todo el pueblo español, son las bandas de música, donde los pasodobles son la pieza por antonomasia.

Tu disco La Serrana es un éxito de la personalidad, sin ser un disco complejo, ninguna canción va hacia donde uno cree que va en la primera escucha, ¿el pop anglosajón nos ha acostumbrado a estructuras y acordes de simpleza absoluta?
Gracias por esa forma de describirlo, es un camino con giros, pero me alegra que no se perciba complejo. Respecto a tu pregunta, creo que venimos de un mainstream de estructuras y acordes simplificados sí, y su evolución ha ido patronizando (de crear patrones) dicha simplificación, ahora se apuesta casi todo a la producción y a la idea de Gran producto. Yo evidentemente trabajo para encontrar un equilibrio que me permita posicionar mi obra en la industria musical, pero no estoy ahí. Soy una artista, hago obra, y no voy a sacrificarla por sonar más fácil.
En ‘Fangos’ hablas con la sana chulería de la que se sabe única, mientras que ‘Me dio pelusa’ tiene una producción explosiva de menos a más con cierre de pasodoble. ¿Es un disco que sólo podrías haber sacado con la seguridad que da la madurez?
No sé si con la seguridad exactamente, pero si con un valor y una honestidad conmigo misma que he ido desarrollando con el tiempo y la experiencia, tanto personal como profesional.
Vas a contracorriente también en el aspecto lírico, el vocabulario medio ha caído a lo más básico y tú, sin embargo, usas expresiones ricas en matices como “me dio pelusa” o “el corazón en vergeles”. ¿Surgen de una búsqueda de lo poético, de diferenciarte también en este aspecto, son expresiones manchegas?
Puede que no sean exclusivamente manchegas, pero son expresiones y palabras que he escuchado en mi casa y mi contexto cultural. Lo que tengo claro es que resuenan en un lenguaje antiguo que no ha sido adulterado por la productividad, y eso reverbera en mi interior de forma automática, me gusta hablar bien y escuchar hablar bien, poesía, precisión y sonoridad, así que cuando escucho unas ciertas expresiones como las que mencionas, conecto con lo creativo y me inspira la composición.
La reivindicación de la música rural tiene que luchar contra una de las “maldiciones” de la industria, que casi todos los artistas tienen que mudarse a una gran ciudad para poder vivir de esto, ¿ha sido tu caso?
Pues parece que me he librado de esa maldición, de hecho cuando el proyecto empezó a crecer había decidido que quería vivir en Albacete, mi ciudad, una ciudad de provincia que se adapta al modelo de vida diaria que quiero llevar. Me encanta ir de visita a Madrid, y disfruto de la algarabía (palabrón) y el desorden de las grandes ciudades, pero no tengo planes de mudarme.
¿Notas que tus composiciones son muy diferentes depende del entorno donde vives/compones?
Creo que sí, quizás no esencialmente, pero el entorno donde he vivido en diferentes momentos de composición han aportado distintos matices a mi música. Soy una persona permeable, me dejo influir por lo que me rodea, y lo considero una herramienta para el arte y para la alegría.
Históricamente el éxito de la música tradicional ha ido en oleadas, grupos comprometidos en la transición (Jarcha, Vino Tinto), el sector gallego (Carlos Núñez, Cristina Pato) y algunos otros como Carmen París alrededor del año 2000 y actualmente con la eclosión de Rodrigo Cuevas, Rosalía o Juanjo Bona. Parece que esta última explosión te ha pillado en el mejor lugar posible, ¿consideras que se respeta y entiende mucho más tu música hoy que hace unos años?
Es verdad que me ha pillado una buena ola, siento que de forma muy natural mi musica se ha posicionado en el panorama de un nuevo folclore que está a pleno rendimiento. Mi música se entiende ahora mucho mejor que se hubiese entendido en otros momentos, seguramente.

Además con todo esto existe la paradoja de que se dan ciertos premios a las “nuevas músicas” a formaciones que os basáis en lo tradicional. Recuerdo hace años un premio a músicas modernas que Guadalupe Plata recibieron sorprendidos de que blues y flamenco fueran considerados vanguardistas. ¿A veces te sientes la más moderna interpretando música tradicional?
Yo tengo una broma personal con David, mi manager sobre lo que es “ser moderna”. Me considero una persona y una artista bastante moderna, porque siempre ando persiguiendo la innovación, o quién sabe, igual es la innovación la que me persigue a mé jeje, y eso se puede conseguir dentro de cualquier género.
Lo tradicional musicalmente es ahora moderno en la linea que lo fue el vintage para la estética, o algo parecido. Lo que me dolería y seguramente me enfadaría mucho es que folclore sea absorbido por la etiqueta de “moda”. El folclore siempre ha estado ahí, refleja una realidad densa y extensa que no puede desprenderse de sus músicas.
Desde mi punto de vista, el nuevo folclore (aunque siempre habrá fraudes porque el mercado es una máquina sin alma,) ha de pretender reflejar la verdad no contada o mal contada del mundo rural, donde el propósito tendría que ser más trascendental que hacerse con un hueco en las listas de Spotify. Confiemos en la lucidez y el compromiso de los nuevos folcloristas.
Mi abuelo fue profesor de música en un pueblo de la Sierra de Madrid durante varias décadas de guitarras, bandurrias y rondallas, y en esa época (años 50 y 60) las personas que ponían música a las romerías y fiestas eran consideradas muy importantes en la comunidad. ¿Crees que se ha devaluado el valor de los músicos tanto económicamente como en respeto?
El ejemplo que comentas se reproduce en muchos pueblos de España, cuando te relacionas con los grupos de folclore siempre mencionan a ese “maestro” que recibía a los niños y niñas en su casa, y ofrecía un “algo que hacer” que por suerte era música, y no solo música, sino la vivencia de pueblo. Me cuesta mucho contestar a tu pregunta, no creo que se haya devaluado el valor de los músicos, pero ya no se consideran figuras tan relevantes, seguramente porque somos muchos, también porque se le llama ser músico a muchas cosas que no sé si realmente lo son, y porque la industria musical es un ente endiablado que se transforma a una velocidad y bajo unos parámetros que sinceramente, se me escapan, imagino que tiene consecuencias también la figura del músico y su valor social, cultural y económico.
Por último quería compartirte una curiosidad. En México la música banda es la más popular con mucho y su estructura instrumental es básicamente de pasodoble (ejemplo: El Recodo), aunque luego las voces y los arreglos no tienen nada que ver es curioso ver a cientos de parejas de veinteañeros (en oscuros garitos) bailando ritmos que en España asociamos a nuestros abuelos.
El pasodoble para mi es la pieza mas hermosa, de belleza, que ha creado nuestro folclore, para mi además es la música que en mi cerebro límbico conecta con la alegría, porque toda mi vida he escuchado pasodobles en mi pueblo, en las fiestas, es oír un entrada de pasodoble y se me enciende el corazón. Escucho lo que me envías. Gracias.