Entrevista a Ro Llamazares (Papá: The Family Rockstar) – “Los músicos somos un modelo para este país”

Papá es la nueva personalidad del poliédrico Rodrigo “Ro” Llamazares, en 20 años de carrera ha formado parte de varios de los grupos underground más importantes de este país como Super Skunk, La Vacazul o Zia, además de ser vocal coach de cientos de cantantes. Con Papá: The Family Rockstar ha completado un repertorio nuevo que está ansioso de estrenar en público. Les presentamos a un artista fascinado por la experiencia de su propia persona.

En tus inicios participaste tanto en el primer disco de Super Skunk (Super Skunk, 1996) como en el de La Vacazul (Plástico, 1996).
Hicimos los dos discos como en tres meses, una locura. En esa época estábamos en la misma clase de bellas artes Jairo (ndr: Jairo Zavala, guitarrista y cantante de La Vacazul, actualmente en Depedro), yo, la novia de Jairo, la novia de Vacas (ndr: Javier Vacas bajista de La Vacazul, Sex Museum y Los Coronas) y la novia de entonces del Charras (ndr: Daniel De Madariaga “Charras”, teclista de La Vacazul), también estaba José Angel, que ahora es el guitarrista de Sweet Vandals, Pedro Arranz de Cómo vivir en el campo… todos en la misma clase, luego Javi Skunk (ndr: batería de Super Skunk, Sweet Vandals y La Vacazul) estaba en otro curso, un poco más adelante. En la cafetería es donde se forjó realmente La Vacazul, temas como Plástico los escribimos allí.

De ahí lo de ser “grupos hermanos”.
Eso es. La Vacazul estaba claro desde el principio que era un proyecto de Jairo, él era el motor creativo junto con el Charras, y la idea era que eventualmente cantase los temas. Después del primer disco, que hicimos entre todos, notaba que les faltaba tiempo, madurar un concepto.

Yo había vivido en Estados Unidos y había aprendido a rapear, a hacer beat box… y hacer esto en Super Skunk era mucho más natural para mí. Aquí nadie rapeaba, había grupos de rap pero a mí no me parecía la misma música para nada. De una forma muy inmediata teníamos un guitarrista que tocaba blues setentero (ndr: David Obelleiro, posteriormente también en Skunk D.F. y Sugarless), Javi bajista (ndr: Javier Rojas, bajista de Super Skunk, El Tío Calambres, Mamá Ladilla) de rollo punki, venía de Los Elementos, y Javi batería que es un todoterreno, toca todo. Las primeras canciones las componíamos de forma muy eléctrica, como ocurre con Papá ahora, en 20-30 minutos salía un tema nuevo.

En ese momento Super Skunk me pareció más atractivo e hice mi último concierto con Vacazul en el Suristán, y gracias y de puta madre, no hubo ningún tipo de mal rollo, al revés, yo muy orgulloso de estar ahí echando un cable en los comienzos. Jairo no ha parado de mejorar, como compositor, como cantante, como artista… ya con 18 años era, de todos nosotros, el que tenía el valor del oficio más claro, es un músico de raza. Yo me he hecho músico, él siempre lo fue.

En cierto modo Super Skunk representa la escena de la música de finales de los 90, los rapeos, las distorsiones, todo muy metalero, ¿es por esto que teníais tan claro el concepto?
Realmente empezamos en el 95, cuando nos presentamos en el Villa de Madrid, y en ese momento eso no funcionaba porque nadie lo hacía. Estaban Red Hot Chili Peppers, Rage Against The Machine, Urban Dance Squad… muchas referencias, pero nosotros no sabíamos lo que estábamos haciendo, era algo muy auténtico. Posiblemente grupos que vinieron después tuvieron un enfoque más estratégico, de imitar, pero nosotros no.

Lo nuestro eran cosas que nos íbamos inventado sobre la marcha, abriendo camino. Cuando grabamos nuestra maqueta, que se publicó como disco pero suena como una maqueta, en el estudio la peña no sabía como se hacía esto, ahora hay un estándar y mil trucos, pero antes te ponían el mismo sonido que a cualquier otro.

En 1999 el rollo nu metal era un estándar, pero en 1996 era funky-rap o funky-caña. De ese rollo me acuerdo de Tribu X un grupo anterior a nosotros que llegó a telonear a Red Hot Chili Peppers en Las Ventas en el 94, fue la hostia, por lo que sea se separaron y no continuaron. Luego aparecieron otros grupos como Sugarless que a lo mejor sí que nos copiaron más el estilo, pero era porque había afinidad personal.

No había una escena, nuestra escena eran nuestros amigos: La Vacazul, Sobrinus, Sugarless, Yoghourt Daze… a mí me preguntaban ¿influencias? pues La Vacazul, yo he visto como montan el equipo en la furgo y es una influencia. A lo mejor Santana mola mucho y puedo hacer un tema que se parece a él, pero es el Vacas quién me ha enseñado cómo se cierra un bolo y cómo hay que pedirle al tío que vacíe la máquina de billares si dice que no tiene dinero. Era un espejo y un estímulo, una sensación de familia.

¿Qué es lo más grande que hicisteis con Super Skunk, el Festimad?
Supongo que los Viñarock y un teloneo con Dover con mogollón de gente. El mejor concierto de Super Skunk para mí fue en mi cumpleaños del año 2000, en oviedo, en el festival Doctor Music. Tocamos perfecto, increíble, un bolo brutal. Fue uno de esos días, que en la vida tienes varios, en los que sale todo perfecto.

Después de “Planeta azul” (1998), el disco que os dio a conocer, sacasteis “Sea como sea” (2001), un disco mucho más oscuro.
Mucho más denso. Igual ya habíamos perdido la sensación de no saber qué estábamos haciendo y creo que también había muchas contradicciones a nivel estilístico, que, por otro lado, eran la vida. Pero en ese disco fuimos madurando como músicos y, en cierto sentido, eso no tiene por qué ser bueno como artistas. Me explico: puedes tener una energía increíble, una química espectacular, pero de repente te empeñas en imitar a otros, en funcionar con clichés, como con ejercicios de estilo, y eso es una cosa que te quita frescura.

Es un disco que nos costó mucho trabajo hacerlo y tiene una energía diferente, diría que algunas de las mejores cosas que hemos hecho están ahí, pero esa energía optimista y luminosa que tenían los anteriores no está. La maqueta lo tenía más que todo, es un desparrame super fresco, “Planeta azul” está a medio camino y “Sea como sea” es un disco mucho más maduro y conseguido, con una temperatura más oscura y claustrofóbica. A mí cada disco me parece como un hijito.

¿Se podía intuir ya el final de Super Skunk? la canción “Tal vez” parece premonitoria.
No. Esa canción la escribí inspirado por una canción de Free, Goodbye, que hablaba de una despedida, que yo interpretaba como la despedida de Paul Kossoff. Eso ha pasado con bastantes letras, que pasa una movida después y parece que somos videntes o algo así (risas), pero se hizo simplemente porque quise hacer una canción de despedida, y luego es la última canción que hicimos, la última que grabamos y es la última del disco, pero no está hecho como una conciencia de nuestra última canción.

¿Cómo fue la última etapa de Super Skunk?
Giramos hasta 2003, estábamos preparando el cuarto disco y aquello era super difícil, un clima entre nosotros… David se marchó porque había muchos problemas, había mucha presión para seguir profesionalizándonos y había diferentes perspectivas a nivel estilístico, pero sobre todo eran temas emocionales y de planteamiento logístico. Se marcha David y entra Manolo del Campo, pero la confianza se va deteriorando a lo largo del tiempo, la comunicación también, nos empezamos a distanciar y llegamos a un punto en el que era imposible hacer el disco. No sé si de forma más o menos consensuada pero yo no quería hacer otro disco de Super Skunk. Incluso a nivel musical quería hacer otra cosa, lo que hice con Zia.

Parece que tienes que seguir en esa movida porque va bien, pero yo soy un artista y a nivel musical había dejado de creer en eso, no quería hacer otro disco rapeado y con el estribillo cantando, había hecho 45 canciones así ya, quería hacer otra cosa. Creo que hacer otro disco hubiera sido un error, todo lo que ha publicado Super Skunk lo hicimos al 100% de nuestras posibilidades sin ningún tipo de planteamiento más allá de los artístico.

Entre el final de Super Skunk y Zia pasaron varios años, ¿a qué te dedicaste?
Me dedico a a componer, a estudiar, aprendo a tocar el piano, armonía, a tocar la guitarra. Hago mogollón de bolos de covers, para coger cultura y lenguajes musicales. He hecho tributos a The Who, Bowie, Hendrix, Led Zeppelin, Police…

Las canciones de Zia son muy diferentes a cualquier cosa que hiciste antes, aparte de que por primera vez eran 100% tuyas.
Como compositor quise hacer otra cosa, otras armonías, un planteamiento mucho más de canción. Ahora con Papá tengo el oficio mucho más claro, pero con Zia estaba aprendiendo a hacer esto. La referencia es hacer canciones que se pudieran tocar con lo mínimo, como si toco Across The Universe de los Beatles en un restaurante con la guitarra y consigo que la gente se calle y me escuche. Tenía temas que molaban mucho con todo el arreglo, pero que transportados a algo así no funcionaban, tiene que ser la melodía la que cuente la historia.

Con Zia hice alguna maqueta yo solo, luego hablo con Loza (ndr: Roberto Lozano, batería de Los Coronas, Sex Museum, Sobrinus) y con Miguel, se unen y le dimos vueltas y vueltas en el local, estuvimos un año hasta que encontramos un sonido, un rollo que me parecía una versión brit-pop del desert-rock, como si Queens Of The Stone Age estuvieran en Brighton y fuera un poco más melódicos. Me apetecía mogollón hacerlo, sonaba épico, gordo, música simple pero con mucha pegada. El disco lo produje con Dani Alcover y como productor conseguí lo que quería, que se pudiera escuchar de un tirón, no tiene dientes de sierra. Un modelo de este tipo de disco sería The Joshua Tree (U2) por ejemplo, un disco compacto que tiene una temperatura emocional que va cambiando pero con una estética.

Además con Zia aprendiste mucho de la otra parte del negocio, de cómo funciona la industria.
Aprendí y por otro lado me frustré mucho, y creo que eso explica por qué estuve desaparecido tanto tiempo, además de alguna situación personal, tuve un divorcio muy duro. Esta industria siempre cambiante y siempre menguante, conseguimos buenos contactos y acuerdos, pero no funcionaban. Un buen acuerdo aparente, si no hay buena voluntad o interés en que se cumplan, pues no tiene sentido. Con el planteamiento que había antes uno delegaba una parte de su labor a unas empresas y dejaba de hacer esas labores, pero si esa parte no hacía su labor, tú te seguías quedando con tu obligación. La estrategia de la otra parte es tener ese planteamiento con muchos grupos diferentes… cosa que tú no puedes hacer, firmar por cuatro discográficas diferentes por si alguna funciona. La experiencia con la editorial también fue mala. Con Zia este tema fue catastrófico.

Además has compuesto canciones para otros grupos.
Tengo algunos temas con Despistaos, de coautor con Krespo, el guitarrista, que es muy amigo mío. También con Georgina, con Pignoise, porque Álvaro (ndr: Álvaro Benito, cantante y guitarrista de Pignoise) también es amigo mío, con bastante gente de pop español, algo desprejuiciado, por amistad más que otra cosa. Krespo y Georgina son en parte responsables de que yo dé clases de canto, me animaron a ello y estoy super agradecido. Empecé por probar, a ver si sacaba unas pelas y tal, y es que me flipó, ví que me gustaba muchísimo y encontré una vocación. Uno de mis primeros alumnos fue el cantante de Tempel, que canta increíble, otro Alex Gallardo, que ahora es A/R en Sony BMG y me mandó el otro día una foto suya con Santana (risas).

Los músicos seremos siempre maestros, la docencia es una parte integral del oficio, hay que enseñarlo y es fundamental. Si ahora mismo con Papá estuviese tocando 50 bolos con 10.000 personas en cada bolo yo tendría 4 o 5 alumnos seguro, y alguno sería de los que no tienen ni idea, de estos que te cuestan y te mantienen super conectado, ¿sabes la cantidad de canciones e ideas que salen de ahí? creo que voy a seguir siendo profe hasta que el cuerpo aguante.

Eso es justo lo contrario del topicazo de estrella del rock que vive en una burbuja.
Ese modelo existía por el culto a la personalidad, pero creo que un artista es todo lo contrario, tiene que estar hiperconectado. Lo increíble son los artistas que, a pesar de vivir con mucho poder económico y fama que te desconectan de la realidad, son capaces de mantener un nivel de coherencia e interés en lo que te cuentan. Como David Byrne, David Bowie o mira Bruce Springsteen, que está que se sale, un tipo que está tocando y está hablando de lo que está sucediendo.

Para mí ese es el modelo, el rollo que quiero con Papá The Family Rockstar, integrar dos cosas: cumplir con tus responsabilidades y con tus sueños. Yo me llevo a mis hijos a los conciertos, y eso que en los bolos a veces ni pueden estar, pero ese es mi sueño, llevarme en una autocaravana a mis hijos de gira. Con Papá quiero contar que esta idea es posible, y que yo soy un ejemplo, hago lo quiero, no tengo jefe, hay muy pocas partes de mi trabajo que no me gustan. Soy un privilegiado pero también he sido insistente y no he renunciado a mis sueños, he servido comidas, he repartido publicidad, trabajado como técnico de sonido en televisión, he hecho mil movidas hasta que he encontrado mi sitio como músico.

Las canciones de Papá que he podido escuchar suenan muy negras y muy clásicas, blues, funky, soul… te imagino con traje y bailando.
(risas) Me encantaría bailar mejor, te lo juro. Mi rollo cuando empecé era el hip hop, rapeaba y cantaba como muy soul, así que parece lógico, los temas los veo muy americanos, con un punto bastante setentero. Hacer el repertorio de Bowie me ha ayudado mucho, estás contando historias y da igual cómo lo hagas, todo vale. La mitad de los temas están en español y la otra mitad en inglés, hay temas que vienen de la época de Zia y ya iban en esa dirección. Me dicen que son como Foo Fighters con Led Zeppelin con Bruno Mars y Cee Lo Green, en plan amasijo. Son muchos años escuchando pop y rock, el hip hop ha sido el punto de partida pero al final he ido hacia los Beatles.

Además son canciones muy positivas
Hay un tipo de energía que había desaparecido en Zia o Super Skunk, una cierta sensación de no saber qué estamos haciendo, así que hagámoslo rápido que ya sabemos que si hacemos las cosas sin saber porqué vamos por el buen camino.

Hace poco pusiste en facebook “¿Cómo seguir haciendo algo en lo que uno ha dejado de creer? Empezando de cero.”
Esa frase la vi en la película Todos los hombres del presidente, no sé si es literal, pero es eso, es buenísimo empezar de cero en muchos aspectos. Quizá no es empezar de cero, pero dejas todo un esquema de valores, un esquema mental de interpretación de la realidad que no te estaba aportando nada y… venga, cambio mental.

Es decir, que la experiencia te quita frescura, pero también te quita prejuicios.
En realidad yo pocas veces me he sentido poco fresco, cuando empezaba siempre he sido como el que menos sabía de los grupos, como un niño, y aunque por mi trabajo se supone que sé más que los demás, nunca he perdido la sensación de no tener ni idea, de abrir camino y hacer algo nuevo. Eso de que en música está todo está hecho y bla bla bla lo suele decir la gente menos creativa (risas). La creatividad es una fuerza humana irrefrenable, es algo maravilloso.

¿Qué planes tienes ahora con Papá?
Me gustaría publicar material ya con banda y editado, ahora estoy moviendo demos acústicas que hice yo solo, creo que han quedado super chulas y que a la gente le pueden gustar. Las canciones entran muy bien, es un repertorio muy fácil, muy asequible, posiblemente es lo más popero que hecho nunca. Quiero grabar en julio y publicar en septiembre, esta presentación en Siroco es para el entorno más inmediato, fans de Super Skunk, de Zia, mi familia, mis amigos, mis alumnos.

Personalmente sé que tengo que hacer un LP porque al principio necesitas plantear un repertorio, pero a mí lo que me gustaría sería ir haciendo temas, grabo un tema, saco pasta para el siguiente, lo grabo… esto te da una libertad. Un planteamiento de sacar historias y canciones sin tener la obligación de grabar un disco.

El trabajo de composición que he hecho esta vez ha sido lo más serio que he hecho en mi vida, he tratado de componer practicamente con guitarra y voz o piano y voz y que la canción funcione, es super difícil hacer eso. Al principio no sale por ningún lado, hasta que de pronto vas pillando trucos para que tenga dinámica y funcione. Hay que trabajar el esqueleto, no puedes trabajar directamente con banda, es como meter esteroides a un tipo con problemas en los huesos (risas).

¿Quién te ayuda a decidir si un tema sólo con piano y voz funciona o no, tus hijos?
Ufff, por ejemplo, los niños son… si la segunda estrofa ya hay un poco de deja vu de la primera desconectan y se van. Además estoy rodeado de un equipo muy completo, cualquier miembro de la banda podría producir, todos tienen criterio para hacerlo y un nivel de exigencia enorme en ese sentido. La gente está dispuesta a colaborar y a ayudar, no con la idea de si esto va a funcionar, sino con la idea de “vamos a estar orgullosos de esto”. Es increíble como en este gremio hay ese nivel de ética profesional tan acojonante, la gente se implica para hacer algo de lo se sienta orgulloso, con 40 años con 50 y con 60. Eso es algo que me llena de orgullo de esta profesión y en este ámbito de la música popular más o menos underground, también lo he visto en la música comercial.

Creo que los músicos somos un modelo para este país, hemos vivido siempre en una situación de precariedad, no de crisis, porque la crisis es algo que cambia, de precariedad. Creo que somos un ejemplo de capacidad, de innovación, de reinventarnos, de compromiso con el trabajo y con la felicidad en el trabajo, no voy a poner mi felicidad en tener un coche mejor que el vecino, ni en tener una casa que es la que se supone que debo tener, en cosas que realmente no dependen de mí como se ha demostrado. De pronto hay una tormenta de cualquier tipo y la gente se queda con unos valores que no sirven para ser felices. Me siento super orgulloso de ser músico, para mí es un honor serlo y juntarme con la gente con la que me junto.

Papá The Family Rockstar debutará en la Sala Siroco el próximo jueves 12 de junio.


Texto: Rafael Mozún
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