Probablemente fue con el Prequelle cuando cruzaron el punto de no retorno, y desde entonces su hard rock abbametalizado (escuchen ‘Cenotaph’, puro ABBA) ya es el estándar para triunfar a lo grande en los sonidos duros.
En su sexto disco sigue el laboratorio del doctor Forge, en el que consigue amalgamar el rock duro de los 80 en un producto netamente actual. ‘Missilia Amori’ si fuera ‘Love Rockets’ ya tendría todo -TODO- para ser de Def Leppard, en ‘Umbra’ conectan con el celebérrimo “more cowbell” y ‘Excelsis’ es una baladita de Judas Priest.
A nivel de presentación y mítica siempre fueron unos ases, en el último cónclave en Linköping consiguió fumata blanca el Papa V Perpetua, esperemos que sea tan recordado como el Cardinal Copia.