El año pasado, en una entrevista que realicé a Julio Castejón para este medio, el instrumentista y cantante me reconocía lo siguiente: «Entre las cosas que más me motivan está mi pasión por la literatura. Y no sólo leo, sino que también escribo, y lo hago casi a diario, posiblemente con más agrado que destreza. A la hora de elegir temas, me encuentro siempre de bruces con mi contemporaneidad, así es que elijo narrar aquellos acontecimientos de los que he sido testigo». Es en este 2012 cuando Quarentena Ediciones publica Ahora Que Me Acuerdo, una autobiografía en la que leer tanto sobre la historia musical de su autor como sobre los pasos que ha dado nuestro país, ya fuese en estado de pre o post dictadura.

De esta forma, y por medio de un relato ameno, Castejón funde con coherencia su historia emocional para con la vida, para con los cambios que se producen desde la infancia a la madurez, pasando por la adolescencia y demás estadios, con su lucha para que la música que sueña colme una carrera oficial. Como lo consiguió y durante varias décadas nos ha dejado auténticas gemas musicales, Julio desmonta cada etapa de su devenir profesional. Desde sus primeros grupos o su inicial encuentro con José Luis Jiménez hasta el parto de discos en larga duración como Corredor De Fondo o Utopía, sin olvidar momentos como la entrada de Miguel Oñate en la casa Asfalto y su posterior traición para con el grupo que le dio la auténtica fama.

En el epílogo del libro, de esta autobiografía, el autor plasma su punto de vista sobre temas como la democracia, el consumismo, el dinero y su reparto, el trabajo o la emigración/inmigración, acercándonos de tal manera todavía más a su pensamiento vital y social. Es así, este Ahora Que Me Acuerdo, el retrato de una vida protagonizada por una persona tan apasionada como apasionante, un músico con letras mayúsculas, un creador sin límites que como pieza clave de Asfalto intentó llevar la música española de calidad a unos niveles de excelencia pocas veces escuchados.

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Sergio Guillén