Loquillo. Vuelven los tiempos oscuros

Regresó Man In Black. Nunca se llegó a ir pero El Hombre de Negro vuelve en este 2012 más imprescindible que nunca. Ha llegado el tiempo de aparcar Su nombre era el de todas las mujeres, su tercer disco que musicaba poesía, esta vez la de Luis Alberto de Cuenca, y enfundarse otra vez la chupa de cuero. Estos son tiempos oscuros y el Loco nunca se ha arredrado: “Tuve la necesidad de volver a sacar la bestia, soy muy feliz tocando porque es el único donde se me permite soy yo. Y no hay un escenario tan bueno para un disco así, de rock total en un tiempo duro, de calle, no son los tiempos bonitos del pop. Ahora la gente necesita rock para vivir, necesita sangre, valentía, audacia, cojones… hay tanta mierda que nos va a coger a todos y tendremos que reaccionar, aunque haya quienes crean que no va con ellos. Mi generación vivió la transición, el franquismo… pero el país de ahora no es el que había en los años 80, hemos ido para atrás”, se rebela mientras disfruta de un Bloody Mary corto.

La Nave de Los Locos (Warner) es su nuevo disco, y en el que vuelve a unir fuerzas con Sabino (mítico guitarrista con quien firmó varias de las mejores canciones de los 80s y a quien el tiempo le enfrentó) y rescata una buena muestra del cancionero de su renovado amigo: “Decidí dar salida a canciones que tenía Sabino en el armario y recopilarlas como un fan, cogerlas, pasarlas por un turmix y llevarlas a cabo con una banda potentísima -la que le acompaña en sus directos-. No tenía prisa, este tipo de proyectos hay que hacerlos con tiempo”, explica de un asunto que le llevó estos cinco años.

Como le gusta a él, el disco muestra una paleta variada. Hay cañones para el directo, como el final de Contento o una Muñeca rusa que recuerda al Lump de Presidents of the USA, baladas en medio como Paseo solo, o un sonido más actual en su carrera como Planeta Rock y el poso country de Canción de despedida: “La primera parte del disco es un clasicismo puesto al día y tras el interludio, un rollo más contemporáneo. Quería mostrar el Loquillo más tradicional y la parte más cercana”, asegura el propio cantante. Corroborándolo, quizás por contenido y estética, es un trabajo que está a mitad de camino entre Tiempos Asesinos y Mientras Respiremos, “de hecho es esa chaqueta, la misma que usé en Barcelona Ciudad, un homenaje a mi padre y abuelo”, sonríe orgulloso. “Clint Eastwood dijo que un director hace la misma película hasta que le sale bien, y sí, creo que hay cosas que se repiten”.

LOS TROGLODITAS Y LA CEJA
Cómodo, es el Loco en estado puro, nunca rehuye una pregunta y le encanta el combate cuerpo a cuerpo. Ya sea de la reunión que han hecho un par de Trogloditas: “Es una pena que vayan arrastrando el nombre de los Troglos de esa manera, ellos sabrán, me duele bastante, pero afortunadamente hay muchos otros de la banda que no han entrado, les honra. Tío, sé una leyenda, déjalo como estaba, no repitas el A por ellos que son pocos y cobardes, que estamos en el s.XXI”; el compromiso social de los artistas: “No tenemos que dejar que el Clan de la Ceja y la Gauche Caviar se queden con esa protesta, porque cada vez que ellos abren la boca, nos joden más, que se queden en su casa. La derecha de Wert ha querido escarmentarles y nos ha jodido a todos”, e incluso nuevas bandas como The Right Ons, Love of Lesbian o El Columpio Asesino con quienes ha trabajado: “Hay que ser corredor de fondo, desde el 93 en que dije que no a la Cadena Ser la travesía ha sido dura, pero tienes que pasarla, el ritual del rock ‘n’ roll exige sacrificio”. Quizás por eso, hasta que la luz no brille de verdad, de negro le verás.

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