Tras casi dos años con pocos conciertos y muchas restricciones en los mismos por fin llegó el 2022, un año donde pudimos volver a notar el sudor del compañero de pogo, tener a alguien en la butaca contigua o sentir el calor fraterno de los festivales. En definitiva, un año donde volvimos a vivir. Aquí os dejamos los 10 conciertos que mejor sabor de boca nos dejaron. Nos vemos en las salas.
Difícil resistirse a bailar cuando 11 músicos aportan todos su granito de arena a un sonido que tampoco duda en incluir bases o samplers cuando es menester, además de guiños a Beatles o Creedence Clearwater Revival. (…) Calequi y las Panteras en directo consiguen romper la división entre el escenario y el público, es vivificante comprobar que la fiesta de músicos y público es una, una joda al compás de un estilo muy percusivo y con sabrosas armonías vocales. Un estilo que va a empezar a hacer felices a los melómanos con síncopas en las venas.
Para finalizar la jornada uno de los grupos de moda, Turnstile han conseguido con su disco ‘GLOW ON’ de 2021 estar en todas las listas de lo mejor del año y, mucho más revelador, que su hardcore les guste a todas las audiencias. En directo refrendan su status y montan un espectáculo donde está prohibido no saltar. De pogo en pogo desgranaron casi entero su último plástico con mínimas incursiones en sus otros tres lanzamientos. Tremenda fiesta, uno de los bolos del festival. Están consiguiendo lo que parecía que iban a conseguir Refused. The Shape of Hardcore to Come.
No por habituados nos deja de sorprender la calidad de la banda que acompaña a Burns y Convertino, los fundadores. En ‘Splitter’ emocionaron las dos trompetas al unísono, mientras que en ‘Then You Might See’ la marimba y en ‘Stray’ el acordeón aportan colores que enriquecen la experiencia. ‘Minas de Cobre’ en directo es excitante como pocas, una instrumental donde se luce especialmente Martin Wenk con la trompeta.
Es increíble la simbiosis musical que se forma sobre el escenario, alucinantes los silencios de menos de un compás entre frases, mágicas pausas que revelan un manejo de las tensiones y una gestión de la energía fuera de serie. (…) Enésima tesis doctoral de The Waterboys, un viaje fascinante en los confines de la realidad, una interpretación sobria y solemne de un cancionero que desborda poesía y una elegancia mayúscula. Ya volvemos a tener ganas de ver al hombre de sombrero de cowboy y chaqueta verde.
Su fama les precede, en directo son una auténtica bomba, y la potente ‘Futuro’, con el empuje de sus bajos y dinámica de menos a más, es ideal para iniciar un concierto. Siguió el ritmo skatalítico de ‘Como te extraño mi amor’, que dio tal resultado entre el público que el cantante Rubén Albarrán no pudo sino afirmar complacido: “Llegó el Café Tacvba para que todo el mundo le meta al taconazo como se debe”. (…) Albarrán, que no paró de saltar y simular percusiones dejó clara la filosofía del evento: “Este es un buen punto de encuentro para toda la bandita, para compartir con nuestros hermanos ibéricos esta fiestota latina”.
Arranques de bailes africanos, toques de sonido caribeño, una pizca de rhythm & blues, Hancock nos hace cambiar de continente en apenas 8 compases. Un viaje absoluto para todos los sentidos, una jornada rejuvenecedora a través de la vitalidad del de Chicago. (…). Menuda gozada de bolo, con la sencillez de Herbie y sus compañeros todo parece tan fácil. A lo mejor lo es. En definitiva, en el jazz, en la vida, basta con tocar una única nota. Sólo hay que asegurarse de que sea la nota correcta.
La esencia de su sonido reside en el balance entre pasado y presente, los orígenes añejos de muchas de sus influencias frente a las posibilidades sónicas del siglo XXI, teniendo claro que hay un punto vital común: el ritmo. Curiosamente la banda carece de baterista, pero sintetizadores y percusiones -congas, güiro, cencerro…- bastan para imprimir contagiosas cadencias y además aliñarlas con teclados, scratches o samplers de la revolución mexicana. ¡Viva Zapata!
Nada mejor que terminar un día duro por la lluvia que la magnífica sencillez synthpop de Chvrches. Todas sus canciones son muy similares, atinaron con la fórmula en su disco de debut y no la han abandonado, pero siempre consiguen dar una nueva vuelta de tuerca a la receta y su último plástico ‘Screen Violence’ contiene revitalizantes hits como ‘He Said She Said’ o ‘Good Girls’ que ganan en directo con una show-woman como Lauren Mayberry que no para de girar sobre sí misma en todo el recital.
Musicalmente parten de lo mínimo, acordes básicos, ejecución recia y segura y unas letras que encuentran sin dificultad a una audiencia representada. A partir de ahí el infinito: su paleta de estilos es amplia, del punk al blues pasando por sonidos tropicales. ‘Baracunatana’, ‘El Álbum’, ‘Florecita Rockera’, ‘Bolero Falaz’, uno tras otro van cayendo los temas de su excéntrico y sabroso cóctel, exprimiendo sus recursos, genialidad tras genialidad.
“Son un valor fijo”, “no decepcionan nunca”, “por esto venimos siempre a verlos”: los elogios al finalizar el concierto de Ray Collins Hot Club fueron unánimes, los alemanes habían vuelto a poner patas arriba a su público. (…) Volvieron a encender a cientos de personas como si fuera la cosa más sencilla del mundo. Son una banda de directo, un tópico que cuando se cumple convierte cada cita en un compromiso ineludible, una apuesta por la elegancia jazz, la soltura rock y el sentimiento blues.
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