Segunda jornada donde nos dimos cuenta de que una de las modas de esta edición sería el gorro de punto. Los caminos de los festivales son inescrutables, y tejer los primeros días se convirtió en un must con multitud de veinteañeros luciendo gorrito. Observar los estilos de los numerosos camps siempre ha sido una delicia en Selandia, con sus hilarantes uniformes, brillos y sentido del humor a prueba de lluvia.

De nuevo en el Gloria nos encontramos a Nora Brown, que acompañada por otra chica nos presentó su versión de tradición country pasada por el siempre refrescante tamiz de la juventud. Cambio de tercio en el Gaia con el doble bombo sin piedad, vúmetros al 11 y afinaciones ultragraves netamente metaleras de Ithaca.

Paseamos por el recinto y vuelve el hip hop de la garganta de J.I.D., que desarrolla sus versos sobre bases clásicas más o menos enmascaradas. Un old school de incógnito que ofreció grandes ráfagas ternarias y un gran middle finger sobre el escenario. ‘Off Deez’ es una locura de verborrea en un flow imbatible y coloca el nombre de su ciudad Atlanta en la bandera norteamericana para interpretar su éxito ‘Surround Sound’.

Cambiamos de escenario y de continente, Dal:um es un dúo surcoreano que emplean dos de los instrumentos más tradicionales de su país, el gayageum y el geomungo, con los que ofrecen magia minimalista, Interesante aunque, para oídos adaptados a la música occidental, su música nos pareció con excesivos fragmentos conclusivos.

Melodi Ghazal es danesa de orígenes iraníes, y en su música mezcla los dos mundos. En directo es cuando esa mixtura se nota más, con sus bailes, vestuario e instrumentación de aires orientales. Jugando en casa, saluda y presenta sus canciones en danés en un escenario Gloria a rebosar “Free drinks for everyone”.

Que los escandinavos sean grandes aficionados al hiphop supongo que les hizo perdonar el pobre show de Busta Rhymes, con mucho parón y sin ningún tipo de ritmo. Suponemos que con sus fans le funciona. Menos mal que unos cientos de metros más al noreste estaba actuando Sudan Archives, una de las revelaciones de 2022 con su discazo Natural Brown Prom Queen, en directo ella y sus bases bastan para realizar un gran concierto. Muy carismática, canta, toca el violín. Muy fans de Brittney Denise Parks.

De vuelta al Gloria, un escenario cerrado que siempre tiene la atmósfera adecuada para cualquier tipo de conciertos. En esta ocasión sería el caos ordenado de Soul Glo, hardcore con electrónica y gritos. Cambios de ritmo rotundos y tronantes distorsiones entre pogos mientras el guitarrista hace malabares con su instrumento como si fuera un juguete.

Siempre nos ha parecido muy agradable el pop con sintetizadores de Tove Lo, tiene algunos hits y con su quinto disco parece que ha dado un gran salto en popularidad, Tocando en el Orange nada menos, un hito para una sueca como ella (este festival es el evento cultural más importante de todo escandinavia). Triunfó con su versión de palomitas de maíz ‘2 die 4’, magnífica por la vía Pet Shop Boys, un dúo que sin duda es uno de sus referentes, así como con su hit ‘Habits (Stay High)’ del que sólo podemos decir que dualipea mucho. Para lo bueno y para lo malo.

A pocos metros y desde Bélgica estaba el soul de enorme calidad de Lous and the Yakuza , con el bajista y los teclados obligando a bailar al personal, que enloqueció y empezó a hacer locuras, desde ruedas verticales hasta el paso del pato. La congoleña Marie-Pierra Kakoma tiene la presencia de las más grandes, invita a un chico del público a bailar con ella y terminan con Dilemme, que suena a clásico con apenas 3 años de edad.

Del glamour a Mad Max en 500 metros, el disco-punk distópico de Special Interest envuelto en la bruma del Gloria fue, valga la redundancia, glorioso. Sacados de un polígono industrial de Blade Runner, están liderados por Alli Logout, la Tina Turner del multiverso lofi, la Ana Curra del Nola más chatarrero. Deliciosos acoples entre alaridos con el cantante de Soul Glo gozándolo desde las primeras filas.

Antes hablábamos de Dua Lipa, que parece que ha creado el estándar de pop actual con una mezcla que bebe (entre otros) de Abba, Madonna y Michael Jackson. La enésima iteración del pop parece que está para quedarse y hay muchas artistas que dualipean, por lo que aplaudimos con ovación el arrojo de Rina Sawayama por apostar por la personalidad a pesar de que su gran éxito hasta el momento sea tan dualipístico como ‘This Hell’.

En el posiblemente mejor concierto del festival, la japonesa afincada en Londres demostró gran rango vocal, mostrándose especialmente arrebatadora en el registro grave. Su escenografía y atrezo comienzan inocentes pero se desenvuelven en ambiente BDSM industrial con cadenas y cuerdas. Grandes bailes y performances teatrales se suceden, con los cambios de vestuario integrados en la trama y una narrativa excepcionalmente llevada para unir canciones como ‘Frankenstein’, ‘XS’o ‘Bad Friend’. Incluyendo interludios años 20, momentos motown y mucho sentido del humor. Un sonido orgánico con una guitarrista magnífica y un batería que aporta parece ir a contracorriente del mundo diva, pero funciona, vaya si funciona. Nos quedamos hasta el final de los títulos de crédito.

Llegaos al final de Lil Nas X y a su ‘Industry Baby’, que triunfó en el escenario principal. Con la luz crepúscular del verano roskildiano y su cielo azul oscuro se entiende mejor a Electric Wizard. Estos hijos de Tony Iommi traen la pesadez esperada, doom metal con proyecciones psicodélicas y caleidoscópicas. Tornamos a la energía Kuduro de Pongo. Una sesión de gimnasio en toda regla donde no se para de saltar con los ritmos angolanos.

En conciertos como el de Nova Twins nos alegramos de estar en un festival donde todo suena perfecto. La bajista filtra su instrumento decenas de veces para lograr un sonido marciano y los artificios de la guitarristas están al nivel. No notamos ninguna programación, ¿serán las RATM de este siglo?. No sabemos de qué planeta han salido, con sus pelos imposibles y su música extraterrestre apostamos que del mismo que los protagonistas de Rocky Horror Picture Show.

Burna Boy cerraba el Orange, ante la lluvia nos comunicó que ésta representaba una lluvia de bendiciones. Simpático y comunicativo, a veces el caracter de los músicos se pierde en un escenario tan grande, pero no ocurrió con el nigeriano. Que se hace acompañar por una banda de lujo con varios cantantes, teclados, vientos.

Damini Ebunoluwa Ogulu comienza con cantos casi gospel, le añade ritmos rhythm & blues, saxos melosos y acaba en una danza espiritual. La fiesta alcanza los ritmos de todo el planeta con temas con arreglos salseros y solos Santaneros. ¡El que quiera fiesta que se quite la camiseta!, y descamisado pero muy enjoyado disfrutamos de uno de los grandes nombres del momento.

Texto y fotos: Rafael Mozún
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