En apenas dos años US Rails se ha convertido en uno de los exponentes del sello Blue Rose más reconocidos a nivel mundial. No han sido pocos los que, fijándose en los gustos de la banda, en las corrientes que manejan y en el hecho de ser lo que se denomina cual supergrupo, los quisieron comparar desde un principio con Crosby, Stills, Nash & Young o The Traveling Wilburys. De los primeros citados, y retrotrayéndose a aquel primer LP de 1969, cuando el proyecto era únicamente un trío de dos norteamericanos y un británico, US Rails recuperaron para su debut de 2010 un ‘Suite: Judy Blue Eyes‘ que les quedó soberbio, realmente inspirado.

Y aunque la estructura de ‘Heart Don’t Lie‘, la pista que comienza su reciente Southern Canon, captura la estructura del blues tradicionalista para mojarla a la postre en los licores fronterizos, lo realmente cierto es que hay mucho más de The Band que de CSN&Y en este nuevo CD. Aunque me estoy refiriendo más a lo que se podría considerar cual segunda etapa de The Band, la que comenzó en 1993 con el disco Jericho, y que luego nos entregó High On The Hog y Jubilation —los tres sin el guitarrista Robbie Robertson, que no comulgaba con dicho revival—. Al igual que Levon Helm y compañía se acercaban puntualmente a las bases funk por medio de un curioso cover del ‘Free Your Mind And Your Ass Will Follow‘ de Funkadelic, US Rails ponen ese tipo de mecanismo rítmico en ‘Nightbird‘. En ‘Heartbeat City‘ hasta pareciesen rememorar en cierta manera los primeros días de Mink DeVille y aquellos fraseos característicos de Willy.

En cualquier caso, Southern Canon es un trabajo calmado, que se regocija en los medios tiempos para explayar la totalidad de sus conocimientos a lo largo de los minutos de cada canción —piezas que, por media, se mueven entre los tres y los cuatro minutos—. Una obra que de seguro colmará las expectativas de todos los compradores que quedaron embelesados con su larga duración inicial.

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Sergio Guillén