Crónica de Biffy Clyro + Nothink, 12/02/10 en Penélope

Estaba previsto que abrieran el concierto los ingleses Blakfish pero no fue así. Nada más entrar en la sala nos topamos con un cartel que rezaba “Blakfish no actuarán debido a la repentina disolución del grupo”. Al parecer, el día anterior y antes del concierto de Bilbao, el cantante y guitarrista Sammy Vile decidió dejar al grupo. En mitad de su gira con Biffy Clyro. Sin más. Con dos cojones.

Así que nada, les tocó iniciar la velada a los madrileños Nothink. Desde que aparecieran compartiendo portada e hicieran una entrevista conjunta con Biffy Clyro en la revista Rockzone estaba predestinado que tocaran juntos. La gente lo deseaba con toda su alma, de hecho. Prueba de ello es el grupo creado en Facebook que llevaba por nombre “Yo también quiero que NOTHINK teloneen a BIFFY CLYRO en España!” y que congregó a más de 1000 fans. De modo que así fue. Y la verdad es que no se me ocurre un grupo más apropiado que pudiera abrir para los escoceses.

Nothink están consagrados como uno de los mejores grupos del género en España y gran parte de que esto sea así es su energético directo. No ofrecen tregua y suenan arrolladores sobre las tablas en cada uno de sus conciertos. Este no podía ser menos y pusieron toda la carne en el asador. Tocaron lo mejor de sus dos LP’s, Bipolar Age y el aclamado Spotlights. Desde “Polaroids” a “Welcome to Hill Valley”, “Enemy’s Meeting Point” o “Kill Kill Genocide”. Son buenísimos. No se puede decir mucho más. Y su concierto hubiera sido redondo de no ser por una acústica que ensució bastante tanto la voz como las guitarras.

El 7 de junio verá la luz su nuevo trabajo, Hidden State, y estamos seguros de que va a suponer la obra cumbre de Nothink.

Al acabar éstos las niñas comenzaron a excitarse más de lo que debería estar permitido. En el público, pues de todo un poco: flequilludos escénicos, modernos universitarios, pijillas de Inditex, guiris a mansalva y pokemons de todas las clases.
Incluso podían distinguirse entre el abarrotado barullo alguna que otra banderita y carteles con versos tales como “Simon I Love You”. Y la emoción a flor de piel. Tanto que hasta el pipa que probaba las voces se llevó alguna ovación.

Con puntualidad inglesa el trío saltó a la palestra para abrir con “That Golden Rule” ante el clamor popular. Entonces el pit se quebrantó y saltos y empujones acompañaron con fervor a los cánticos de Simon Neil. Por cierto, éste apareció a lo Iggy directamente sin camiseta, seguramente más para lucir el torso que por calor. Si bien es cierto que la hiperhidrosis del frontman es algo preocupante ya que en el segundo tema ya estaba chorreando como si fuera el Manneken Pis invertido.
Es un indicio, eso sí, del esmero que pone en directo y es que con absoluto frenetismo empalmó la canción inicial con “Living Is A Problem”, “Because Everything Dies” y “Glitter & Trauma”.

Según el propio Simon afirma, procura otorgar tono melancólico a sus canciones, aunque siempre esté bañado en optimismo y vigorosidad. Creo que estoy de acuerdo, aunque lo estoy más con sus temas de estudio que al ejecutarlos en directo ya que, como es lógico, no pueden, ni quieren, desplegar la instrumentación de la que hacen gala en sus últimos trabajos, sobre el escenario.

A lo largo de una hora repasaron a conciencia sus dos últimos discos, Puzzle y Only Revolutions. O dicho de otro modo, se centraron básicamente en interpretar el último tramo de su carrera discográfica, olvidando inevitablemente sus primeros álbumes. Tan sólo rescataron dos temas de Infinity Land e ignoraron absolutamente el Vertigo of Bliss. Ni “Ideal Height”, “57”, “Bliss” o “Blackened Sky”. La época más interesante del grupo relegada al olvido por los propios Biffly Clyro. Y digo yo, puesto que era la primera gira por nuestro país como cabezas de cartel, ¿no hubiera sido más lógico repasar las piezas clave de toda su carrera? Pues sí, pero saben que la audiencia quiere escuchar baladas edulcoradas y eso es precisamente con lo que nos deleitaron.
Sin duda abusaron del medio tiempo y en la trayectoria general del concierto estuvieron algo acelerados pero en líneas generales he de admitir que sonaron tremendamente compactos. Simon Neil tiene mucho talento y se nota perfectamente al verle explotar su inmaculado timbre al mismo tiempo que sus dedos se deslizan limpiamente por el mástil de la guitarra. De hecho, aunque el grupo se disolviera él podría seguir con él, porque él es Biffy Clyro.

Si tuviera que destacar un highlight del concierto diría que fue la soberbia interpretación de “Born On A Horse” pero la verdad es que todo el set se hizo realmente corto. Acabó con “Cloud Of Stink”, toda la sala cantando a grito pelado la bella “Machines” mientras Neil se limitaba a tocar la guitarra acústica y la previsible culminación con su hit “Mountains”.

Hombre, aprueban, desde luego. Lo hacen incluso con un notable raspado, pero podrían conseguir un sobresaliente si quisieran. Al parecer volverán este verano a la Península para tocar en un festival de modo que habrá un segundo round.

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Texto: Javi JB
Fotos: Pat Blanco